Un juego que es amor

En la penumbra de una vida
que se arrodilla en las cenizas
busca en minutos en blanco
las razones de esa pasión.

Nunca ha estado su alma
tan muerta y su piel tan viva
como aquel violento instante
en que el fuego la tocó.

Ha cuestionado todo
y se oculta de sus ojos
para no mostrar en lo suyos
que lo que siente es amor.

Deja que el fuego avance
y que arrase con todo
no importa que el pecado
los consuma a los dos.




Se disfraza de fuerza
y se pinta de indiferencia
y el juega su juego
viéndola otro jugador.

No sabe que en sus manos
ella puesto también su vida,
y que en esas caricias
le entregó su corazón.

Más vale que escape
que huya del infierno
no vale la pena el fuego
por un amor con dolor.

Es preferible el silencio
de un sentimiento eterno
a morir en el desprecio
de una amor que no es su amor.

Derechos Reservados © Valentina Ríos de Saavedra 2012