Triste mi Zafiro
de desconsoladas penas,
triste tu sangre
que llora su dolor,
¿por qué será que el tiempo
rompe a las niñas buenas?
Endurece la roca
el martillo y el punzón.
Deja que el ángel dulce
extienda al fin las alas,
que busque hasta que encuentre
un nuevo corazón.
Que el vendrá a plantar
flores en primavera
para alegrar tu vida
y darle una razón.
Mientras Dios se quita la venda
y nos mira de reojo,
tendrás siempre mi mano
y yo a ti en mi dolor.
Para que cuando vea
que aún no estamos muertas
responda las plegarias
regalando una ilusión.
Derechos Reservados © Valentina Ríos de Saavedra 2011
extienda al fin las alas,
que busque hasta que encuentre
un nuevo corazón.
Que el vendrá a plantar
flores en primavera
para alegrar tu vida
y darle una razón.
Mientras Dios se quita la venda
y nos mira de reojo,
tendrás siempre mi mano
y yo a ti en mi dolor.
Para que cuando vea
que aún no estamos muertas
responda las plegarias
regalando una ilusión.
Derechos Reservados © Valentina Ríos de Saavedra 2011
No hay comentarios:
Publicar un comentario